Restaurante

El Red Wagon

Nuestro restaurante

El Red Wagon es nuestro restaurante en el Cámping Anzánigo.

Un restaurante único en su entorno.

Déjate sorprender por las creativas propuestas del chef quien, a partir de ingredientes de temporada, elabora platos tradicionales con un giro innovador.

¿Te atreves?

Un vistazo a nuestro restaurante

¡No te quedes sin comer!

RESERVA TU MESA

Ven a comer al Red Wagon todos los días:
Almuerzos de 10:00h a 12:00h y comidas de 13:30h a 16:00h

- Menú degustación Red Wagon 26€
- La carta va cambiando según temporada.

Estuve disfrutando de un día de ruta con amigos y decidimos comer aquí. Un acierto total, excelente comida a un gran precio. Sin duda volveré, obligada parada si estás de visita por la zona disfrutando del excelente paisaje.

Hemos estado en varias ocasiones comiendo y cenando, es un sitio super recomendable, hacen una cocina moderna mezclada con tradicional, los emplatados no tiene nada que envidiar a un restaurante con estrella michelín, imprescindible reservar, está muy solicitado.

Sitio ideal para convivir con la naturaleza. La comida del restaurante muy elaborada y su Chef prepara unos platos de categoría. Muy buen ambiente. El personal siempre dispuesto para ayudarte en lo que sea. Os lo recomiendo.

Teníamos ganas de conocerlo y no nos ha defraudado,íbamos en tienda y nos había caído la tormenta mundial hasta llegar,enseguida nos vio nos ofreció dormir en una cabaña,estaba todo calado del tormenton,dormimos bien,bebimos bien y comimos mejor….
El entorno y paisajes es una pasada
TOTALMENTE RECOMENDABLE

Muy recomendable, buen sitio rodeado de buenas carreteras, un sitio muy bonito, tranquilo y en el que se come muy bien, la cena fue espectacular!
Jardines cuidados y un homenaje a los compañeros caidos realmente cuidado y emotivo.
Volveremos!

Ambiente motero, por supuesto puede ir cualquiera. De picoteo lo que quieras. El menú, completo y económico. La tarta de queso y la de naranja, buenísimas. De los sitios de la zona que estás, super a gusto y no te duele el bolsillo. Lo dicho el sitio agradable y muy atentos en el trato.

Excepcional cámping para moteros, también puedes ir sin moto. Dan de comer y de cenar. Una carta diferente con unos platos con un toque muy personal. Merece la pena ir, además acompañado de un paisaje espectacular.

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